Procastinar

Me parece una muy buena forma de empezar este post confesando que llevo 2 semanas intentando escribirlo. 

Por culpa de no tener el post escrito, también llevo dos semanas de retraso en las publicaciones de Instagram (por eso de tener el feed ordenado). Vamos, un desastre. 

Y ésta, sin más, es la definición de procrastinar: posponer tareas. 

En este post voy a intentar hablarte de algunas técnicas para que procrastines lo menos posible. Obviamente, la procrastinación está en la naturaleza humana y tarde o temprano caemos todos. 

¿Nunca has estado delante del ordenador con un listado interminable de tareas, estresado y con la sensación de que no te da la vida, pero aún así lo primero que haces es abrir Pinterest o Instagram, o aprovecha para leer los 5 posts de tu blog favorito que tienes pendientes?  

Y en esos momentos te preguntas, ¿por qué soy así? ¿Por qué hago esto? 

Bueno, no te castigues demasiado, todos lo hacemos, pero necesitamos de un poco de disciplina y de fuerza de voluntad para reducir al máximo estos momentos. Y la buena noticia es que tanto la disciplina como la fuerza de voluntad, se pueden practicar y mejorar.

¿Por qué procrastinamos?

Procrastinamos normalmente por dos motivos: 

  1. Las tareas que tenemos pendientes no nos gustan. 

Por mucho que ames tu trabajo, siempre va a haber tareas que no te van a gustar. Sobre todo tareas más rutinarias y menos creativas. Facturación, contestar mails, contactar y hacer seguimiento de clientes… 

Cuando vemos este tipo de tareas en nuestra lista de To Do’s, solemos posponerlas y dejarlas para más tarde o para mañana. 

Esto lo hacemos porque no nos sentimos cómodos realizando la tarea o porque nos aburrimos.

  1. Las tareas que tenemos pendientes nos dan miedo. 

Sí, tenemos miedo de realizar según qué tareas. Esto pasa por muchos motivos: Por ejemplo, porque la tarea es difícil y nos supone un sobreesfuerzo, porque el resultado de finalizar la tarea nos asusta (aunque sea positivo), o porque sentimos incertidumbre al hacerla o sabemos que nos va a ocupar mucho tiempo y energía. 

Voy a explicar lo del miedo al resultado de la tarea, aunque éste sea positivo. A veces, sabemos que una tarea o proyecto va a ser positivo para nosotros, pero su impacto es tan grande que sabemos que va a provocar cambios en nuestra vida y rutinas. Somos humanos y somos seres de costumbres. Nos asusta el cambio. 

Por ejemplo, acabar tu página web o blog y publicarla. Solemos posponer tareas de este tipo porque sabemos que va a haber cambios. Por ejemplo: en el momento en que sea público estaré expuesto, me llegarán ofertas de trabajo que no he tenido hasta ahora, tendré la “obligación” de ser constante en mis publicaciones… 

¿Qué hacer para que estos momentos de procrastinación no consuman tus días y semanas?

Pues realmente no hay una respuesta única a esto, ni siquiera una técnica mejor que otra o una que sea buena o mala. 

Suena muy típico, pero el secreto está en el autoconocimiento. Conocer por qué nosotros estamos posponiendo esa tarea o proyecto. ¿Lo haces porque te da pereza o te aburre? ¿Es demasiado abrumador para ti? ¿Te sientes inseguro al hacerla? … Puede ser por mil motivos y lo primero es saber el porqué lo estás posponiendo. 

Después, una técnica que a mí me va muy bien es obligarte a aguantar esa incomodidad que sientes al hacerlo. Me explico. Por fin voy a ponerme a escribir el post de la procrastinación que sé que me está dando pereza porque tengo que dedicarle por lo menos una o dos horas y tengo que estar bastante “focused” para que me salga un post decente. Cuando empiezo a escribir el post, me entra la impaciencia (quiero acabarlo ya porque tengo otras mil cosas que hacer), la mente se me va a mil sitios distintos a la vez: tengo pipi, tengo hambre, se me ocurre de repente que no he apuntado “loquesea” y se me va a olvidar si no lo apunto ya… Y mil cosas más que podría decirte. Pues bien, lo que yo hago es parar. Respirar. Y decirme a mí misma que todo esto que estoy sintiendo y que me incomoda es mentira y pasajero. Es mi mente intentando que posponga escribir el post por quinta vez. Y me obligo a seguir escribiendo aunque me sienta incómoda haciéndolo. 

Esto es cuestión de práctica. Al principio te va a costar, y algunas veces ni siquiera vas a identificar ese momento en el que estás a punto de desistir y volver a posponer, pero poco a poco vas a aprender a ganar esta batalla. 

Junto con esta técnica, muchas veces utilizo la técnica Pomodoro. Intento estar enfocada durante 20 – 30 minutos y luego descansar unos 5 minutos. Te aseguro que si consigues estar 20 minutos enfocada en esa tarea, luego va todo rodado. 

Otra técnica que a mí me funciona es hacer lista de tareas para el día y empezar por la tarea que menos me apetece hacer. Ni siquiera tengo una agenda. Cojo una libreta normal, apunto la fecha y empiezo a escribir las tareas que tengo que hacer para el día. Intento empezar por la que más rabia me da, porque suele ser la tarea que acabas posponiendo. Y si por lo que sea acabo procrastinando y no completo todo lo que tenía pensado hacer, paso la tarea al día siguiente y anoto al lado en un paréntesis el número de veces que lo he pospuesto. (Ejemplo: escribir el post sobre procrastinación (4). Esta tarea la he pospuesto ya 4 veces) Esto me funciona muy bien porque me presiona. Cuando veo que he estado 4 días posponiendo la tarea, me doy cuenta de que se me está haciendo bola, y me ayuda a tomar acción y a hacerla. 

Seguramente hay muchas más técnicas y trucos para dejar de procrastinar, pero yo hoy os he querido contar lo que a mí me funciona. 

Me encantará leer vuestros trucos y técnicas para dejar de posponer tareas y proyectos, así que espero que si me leéis, aportéis vuestro granito de arena. Si consigo recopilar más técnicas y trucos, prometo hacer otro post para que todos podáis conocer y poner en práctica otras maneras de dejar de procrastinar. 

M.

Miriam Griñó
Miriam Griñó

CMO & Founder

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *